viernes, 14 de agosto de 2015

¿CóMO CONSEGUIR LA PAZ INTERIOR?


Todos tenemos derecho y estamos invitados a tener paz y felicidad en nuestras vidas, pero la responsabilidad de tomar las acciones para llegar a ese estado es individual, ¿quieres saber qué hacer para conseguir estas dos cosas?
 
 
El otro día caminaba por la calle de Tamaulipas en la Colonia Condesa de la Ciudad de México, cuando             de pronto me detuvo un joven para preguntarme una dirección. Le expliqué cómo llegar a donde tenía que ir y al terminar la explicación me dí cuenta de que estaba viendo mi mala (rosario) el cual ligeramente se asomaba por mi playera. El joven muy quitado de la pena me preguntó: “¿qué significa eso?” (refiriéndose al mala),  le contesté que es un símbolo de mi práctica de meditación. En ese momento sonrió como un niño que acaba de recibir un regalo y me dijo que llevaba ocho meses practicando Budismo, después de su comentario –el cual daba todo el sentido a su sonrisa- me hizo la pregunta obligada: “¿cuánto tiempo llevas tú meditando?”, para no entrar en detalles le contesté que ya bastantes años; volvió a sonreír y me lanzó la última pero más profunda de las preguntas “¿y funciona?”... sin pensar, sin la menor pretensión o falsedad, sin titubear, simplemente salió de mi boca, “estoy en paz y feliz”. Tuvieron que pasar unos metros hasta que hice total consciencia de lo que acababa de ocurrir, tuvo que pasar una cuadra para poder sentir lo que mi ser acababa de expresar de forma tan espontánea y natural “estoy en paz y feliz”.
Esta historia no te la cuento simplemente para mostrarte mi paz y felicidad aunque, sin duda, se siente tan bien que mi ser sólo desea compartirla, te la cuento como una muestra de que estar  en paz y feliz es posible, experimentar Sat Chit Ananda (Verdad-Consciencia-Dicha) no es una utopía es una realidad. 
A veces cuando leemos los grandes textos, cuando escuchamos a los grandes maestros como Babaji, Buda, Jesús, la Madre Teresa, Bhagawan, Francisco de Asís y muchos más, pareciera que estar 24/7 en esta experiencia no es más que un sueño o a lo mucho que es un regalo del que pocos tienen la gracia de encontrar. También hemos creído por mucho  tiempo que encontrar la paz implica dejar a tu familia, tus bienes materiales, la vida que has construido, que es destruir todo lo que eres para llegar a una experiencia donde te dejas crecer el cabello, sólo vistes de blanco y caminas como si levitaras. Es cierto que habrá quienes necesiten dejar la vida conocida, cambiar su ropa, aspecto y que tal vez tengan la experiencia de levitar, sin embargo, no tiene que ser así para todos. 
La práctica espiritual se trata de soltar aquello que nos impide ser conscientes de nuestra naturaleza divina, dejar aquello que nos daña y que sólo nos aleja de nuestra esencia. De eso se trata la práctica espiritual; de transformar todo hábito, relación, emoción y pensamiento que nos aleje de quien realmente somos.
En nuestra cultura hemos acuñado la idea de que la espiritualidad es sacrificio y realmente no hay nada que sacrificar, más bien hay un Todo que honrar. Ser espiritual no es tener una vida de miseria y sufrimiento, todo lo contrario, se trata de darnos cuenta de la miseria a la que nos hemos acostumbrado y amar en totalidad todos los regalos que la vida pone frente a nosotros en cada momento. 
El cuerpo, la vida, el deseo no son malos pues, de hecho, bastó el mínimo deseo divino, el deseo de la creación, para que la vida y todo lo que conocemos se haya manifestado, de forma que la vida y su esencia natural “el deseo” no están mal. Cuando eras niño usabas unos zapatos muy hermosos que seguro te fascinaban, sin embargo, hoy eres un adulto, si insistes en usar los mismos zapatos sólo lastimarás tus pies, pues esos zapatos ya noe stán hechos para ti, es importante que entiendas que los zapatos no están mal y nunca lo han estado. Quitártelos no es un sacrificio, es un acto de sentido común, ahora ya eres grande y esos zapatos ya no te quedan.
Asimismo en la vida, cada cosa tiene su momento, su lugar, así como dejaste ir los zapatos cuando niño, hoy deja ir tu dolor, tus resentimientos, tus ideas limitantes, tus juicios, tus miedos, tus expectativas, deja irlo todo, suelta y comienza a abrazar el momento presente, de otra manera, si te sigues aferrando a todo ello, como a los zapatos viejos, sólo te lastimarás.
Practica, practica y vuelve a practicar, dedica tiempo de tu vida a encontrarte, a saber quién eres, a expandir tus ideas de lo que es posible y entonces tendrás algo que aportar a la vida. Suéltate y todo vendrá, y cuando menos te des cuenta un día voltearás, sonreirás y sabrás que ya sólo vives en paz.          
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Namaste,                    
 
 
 

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