Los alimentos funcionales pueden hacer una diferencia sustancial, en nuestra forma de vivir, ya que tendrán los nutrientes que nuestro cuerpo necesita.
Más allá de simplemente servirnos para mantenernos llenos, hay algunos tipos de alimentos muy específicos los cuales suelen tener una serie de propiedades y de características que hacen que el funcionamiento del organismo de quien los consuma (siempre y cuando con cierta regularidad) se beneficie y logre un cambio positivo. Este tipo de alimentos se les conoce como funcional.
Ejemplos de este tipo de alimentos abundan: el chile, el chocolate, la maca, el amaranto, lechuga, berros, chia, genjibre, uva, los frutos rojos, la semilla de girasol, cáñamo o el nopal son algunos de los más populares en todo el mundo, por todo lo que nos otorgan con su simple ingesta.
Hay algunas personas que consideran que este tipo de alimentos son simplemente placebos y que sus funciones no son más que ilusorias, pero científicamente se ha comprobado tanto la función como la composición de los mismos, lo que le da un buen respaldo y popularidad a éstos.
La naturaleza nos regala prácticamente en todos los productos que nos ofrece una oportunidad para cambiar nuestra vida y para hacer que nuestra salud sea de lo más envidiable. Aprovechemos los alimentos funcionales para hacerlos los mejores amigos de nuestra salud.
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